Opinión

La vida es un regalo

01 de agosto de 2019

María Teresa Patiño Amor
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La vida es un regalo que hay que disfrutar”, es la frase que escuché al niño José André Montaño la que me dejó impactada. ¿Por qué? Este pequeño pianista boliviano, de apenas 9 años, que llaman “prodigio”, es invidente y padece una leve parálisis cerebral. Esto no le ha impedido cultivar su talento, su optimismo, amor por la vida y conquistar el corazón de su audiencia. Su disco “Ama a todos”, ofrece otra lección a quienes pasan quejándose o echándose al abandono ante el primer, e incluso ningún, tropiezo. Nombró así su producción porque el amor, asegura, es el sentimiento más grande que posee. Él y sus padres, más que fijarse en sus limitaciones, se enfocaron en sus habilidades, práctica poco frecuente entre quienes con salud, sus sentidos y una conciencia óptima, pasan renegando, en lugar de esforzarse en trabajar en ser mejor y disfrutar el presente. No es fácil cambiar el chip, pero esta semana renové mi pacto con la vida al despedir a un tío, tras su lucha con una larga enfermedad. También cuando tropecé con una conocida, que parece tener una nubecita oscura sobre su cabeza, como en las cómicas. El primero se consumió por malos hábitos de salud y la segunda, va en vías de hacerlo, por su eterna insatisfacción. Así que decidí escribir, para inspirarte a ti, querido lector, a aprender a agradecer y aceptarte cual eres, pasos de iniciación para el disfrute del regalo que es vivir. Abre las puertas y ventanas del alma, los cambios inician en el interior, con decisión y perseverancia. Después de la experiencia de un drama familiar decidí redireccionar mi vida hacia lo positivo, consciente que somos dueños de nada; de que puede no haber un mañana y lo único seguro es la muerte. Empecé a disfrutar de estar viva, vestirme con la armadura de la esperanza y buscar la plenitud en todas mis relaciones…con la familia, con los amigos, conmigo misma. No esperes pasar por una dificultad, detente, haz un inventario de las bondades de este trozo de tiempo finito, de este obsequio con fecha de caducidad, pero que es tan maravilloso.. Empieza a valorar las cosas bellas de la vida, que han estado allí, siempre, tras el velo del negativismo, las quejas, el llanto, la depresión y el desánimo. El hoy es un regalo, por eso se llama presente, sonríe, disfruta, agradece cada amanecer. Comparte con quienes amas, de la mejor manera y el mayor tiempo posibles. Admite que tu mejor dádiva es ahora. Celebra la vida, aprende a estar agradecido, a servir a los demás, y asiste al funeral de la queja, la tristeza, la infelicidad, la envidia, el rencor, de todo lo nocivo y adverso. Reconoce tu presente y sé feliz hoy.
*La autora es comunicadora social.

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