Los abogados y el abanico de María Antonieta

Dice un dicho que “los abogados son el grito de los que se quedaron sin voz”. El abogado asesora, representa y defiende legalmente a personas, empresas o instituciones, ante situaciones que requieren la interpretación y aplicación de las leyes. El día del abogado se conmemora con el natalicio del Dr. Justo Arosemena el 9 de agosto de 1817.
Cuando la Reina María Antonieta, esposa de Luis XVI, salió de la prisión rumbo a la Plaza de la República, donde sería guillotinada, la última persona de quien se despidió fue de su abogado, Romain de Séze, quien se había hecho cargo de un juicio resuelto condenatoriamente de antemano. “Abogado: le agradezco que haya asumido una causa que sabíamos perdida. Sabía usted que haberme defendido le acarrearía riesgos, peligros, molestias y amarguras.
Sin embargo, lo hizo con lealtad y con valentía. Pero, sobre todo, con desinterés pues usted era conocedor de que todos mis bienes fueron incautados y ya no soy poseedora de nada. Mi única propiedad es este abanico. Es lo único que me queda y con él, que constituye toda mi fortuna, le quiero pagar sus muy merecidos honorarios”.
Minutos después, María Antonieta fue decapitada. El abanico reposa en un capelo de cristal en el vestíbulo de la barra francesa de abogados, en París. Es el emblema de la abogacía francesa. Se le considera como un símbolo de lealtad, valentía y desinterés que debe regir el ejercicio de la abogacía. *Periodista.