Quimera del Atlántico panameño

La costa caribeña de Panamá con una extensión de unos 1,287.7 km de playas doradas con ensenadas, atolones, islas y archipiélagos de una biodiversidad incalculable, ambientes costero-marinos, incluyendo manglares, playas separadas por acantilados, estuarios y arrecifes coralinos. ¡Un verdadero paraíso natural! está a la espera una obra vial que una la provincia de Colón y Bocas del Toro.
En 1502, cuarto y último viaje de Cristóbal Colón a las Américas, cuatro carabelas con 140 tripulantes que tardaron dos meses en cruzar el Atlántico el Caribe los recibió con tormentas huracanadas y olas de 5 metros. Se refugiaron en el archipiélago de Bocas del Toro, Colón quedó fascinado con esa bahía inmensa y serena, colmada de delfines. La bautizó con su nombre: Almirante a la bahía y Colón a la isla principal. Desde los años 1970 escucho la posibilidad de construir una carretera costanera que viaje por al caribe panameño, desde Colón, pasando por Veraguas y alcance las costas de Bocas del Toro, visión que en su momento el General Omar Torrijos Herrera llamó “la conquista del atlántico” y que inició con varios proyectos pequeños como la Ciudad Romero a orillas del río Belén. A mediados de los 1980 se intensificaron las discusiones alrededor de la autonomía indígena en el territorio, que contrajo el proyecto que pasaba por las tierras ngäbes y los buglés... y suerte que no eran tiempos de cambio climático ni apocalipsis ambiental. Torrijos realizó varios intentos, sin suerte y la conquista del atlántico ha pasado a ser una quimera. * Periodista.