Perimenopausia, etapa invisible de las mujeres
Según especialistas médicos, la perimenopausia no es una enfermedad, pero sí requiere atención física, emocional y social, para cambiar la calidad de vida de las mujeres

La perimenopausia es una fase natural poco hablada, pero profundamente significativa en la vida de muchas mujeres.
Según explicó la enfermera de ginecología Lizi Sierra, la perimenopausia se trata del periodo previo a la menopausia en el que comienzan a presentarse alteraciones hormonales, especialmente la disminución del estrógeno, lo que da lugar a una serie de cambios físicos, menstruales y emocionales.
“Hay mujeres que dejan pasar meses sin entender qué les pasa. No saben si están entrando a la menopausia o si es otra cosa. Por eso es tan importante el acompañamiento médico, ginecológico y también emocional”, añadió la enfermera.
Desde el ámbito psicológico, este diagnóstico puede representar un verdadero cambio de vida, así lo advierte la psicóloga Lourdes Serrano. “La perimenopausia, y más adelante la menopausia, son de los procesos más importantes que se albergan en el sexo femenino. Es una transformación profunda, donde muchas experimentan soledad, angustia, tristeza o una sensación de pérdida”, detalló.
“Hay mujeres que tienden a aislarse, dejan de hacer actividades, se sienten incomprendidas. Esto puede desencadenar problemas emocionales más complejos y contribuir a crisis familiares, incluso separaciones o divorcios. Por eso es vital que existan redes de apoyo, programas estatales que promuevan la salud mental y campañas preventivas sobre lo que representa este cambio”, indicó la especialista.
Ciclos menstruales más cortos, más largos o algunos saltos de menstruación.
Cambios de humor, irritabilidad, ansiedad o tristeza sin una causa que sea clara.
Insomnio, disminución del deseo sexual o molestias durante las relaciones íntimas.
Terapia hormonal para equilibrar los niveles de estrógeno y aliviar síntomas de sudoración.
Antidepresivos en casos donde hay cambios de ánimo fuerte o ansiedad persistente.
Suplementos naturales como: omega 3, vitamina D y calcio, con supervisión médica.
Ejercicio regular para mejorar el estado de ánimo, dieta rica en frutas y en vegetales.