Israel vuelve a respirar: a dos años del 7 de octubre e inicio de esperanza
 
  
 Han pasado dos años desde aquel día oscuro, el 7 de octubre de 2023, el día que cambió para siempre al Estado de Israel. En una mañana de terror y crueldad, miles de terroristas armados se infiltraron en el sur de Israel y masacraron a ciudadanos israelíes con una brutalidad no vista desde los días del Holocausto. Asesinaron, quemaron vivos, violaron y secuestraron a niños, ancianos, mujeres y hombres. Más de 1,200 civiles fueron asesinados aquel día, miles resultaron heridos y más de 250 hombres, mujeres y niños fueron secuestrados a Gaza por la organización terrorista Hamás.
Durante dos años continuó la pesadilla del cautiverio, hasta que finalmente, tras enormes esfuerzos diplomáticos y humanitarios, todos los secuestrados regresaron a casa. Después de dos años de angustia, sufrimiento e incertidumbre insoportables, por fin se puede respirar con un poco de alivio. Para sus familias y sus amigos, ver a los secuestrados regresar al suelo israelí fue nada menos que un milagro.
También nosotros, los demás ciudadanos del Estado de Israel, volvemos a respirar. Durante dos años vivimos en una realidad de guerra dolorosa, la más difícil y prolongada de nuestra historia. Una guerra que, aunque comenzó contra la organización terrorista Hamás en Gaza, se extendió también al enfrentamiento con Hezbolá en el Líbano, con Irán y con sus milicias en Irak, Siria y Yemen. Los israelíes vivimos durante dos años en una realidad de incertidumbre, preocupación, temor a los ataques con misiles y, sobre todo, angustia por nuestros seres queridos. En lo personal, me preocupé por mi madre de 86 años y por mi nieta recién nacida, que vino al mundo en una realidad absurda de guerra y sirenas. Sin embargo, debemos recordar: no podemos caer en ilusiones. El camino hacia una paz verdadera y duradera sigue siendo largo e incierto. La ideología asesina que condujo a la masacre del 7 de octubre no ha desaparecido de la noche a la mañana; todavía existe en Gaza. Un cambio real, debe incluir un proceso profundo de transformación ideológica y civil: los palestinos deben eliminar el adoctrinamiento de odio en la educación, los libros de texto, las instituciones civiles, y el pago a las familias de terroristas.
En estos dos años se ha intensificado un fenómeno preocupante: una ola de antisemitismo y odio hacia Israel y los judíos en el mundo, amplificada en parte por la guerra y los acalorados debates políticos en torno a ella. Los gritos contra el terrorismo no pueden justificar la difusión del odio hacia los judíos, los incendios de sinagogas, los actos de violencia o la deslegitimación de comunidades enteras. La lucha contra el antisemitismo es una tarea global: las sociedades, los gobiernos y las organizaciones civiles deben actuar juntos -mediante la educación, la legislación y la protección comunitaria - para erradicar este fenómeno de raíz.
Israel agradece a sus muchos amigos en el mundo - entre ellos, al gobierno y al pueblo panameño - que estuvieron a su lado en los momentos difíciles, apoyaron su derecho a la defensa y fortalecieron el llamado a una paz justa y duradera. Esta amistad no se da por sentada; es testimonio de un vínculo humano que trasciende continentes y religiones.
En el segundo aniversario del 7 de octubre, y con el fin de la guerra y el regreso de todos los secuestrados, Israel dirige su mirada hacia el futuro: hacia días de reconstrucción y reconciliación, hacia tiempos de seguridad y hacia una esperanza real de paz en el Medio Oriente.
* El autor es embajador de Israel en Panamá.
ml | Mattanya Cohen nació en 1965 y creció en el barrio Bet HaKerem en Jerusalén. De 1983 a 1987, sirvió en las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF), donde alcanzó el rango de capitán. Es diplomático de carrera con más de 30 años de experiencia que ha llevado a ocupar el cargo de embajador de Israel en Guatemala, Honduras, El Salvador y Belice. Asimismo, se desempeñó como director adjunto de la división de América Latina en la Cancillería Israelí. Fue nombrado en enero de este año como embajador en Panamá y desde el pasado 7 de agosto, inició oficialmente su misión en el país.
 
  
  
 